Siempre

Me recogí tantas veces de mis letras,

con ese olor a temblor,

dejando una marca turbia en la página escrita.


Me recogí y volví a escupirme

para leerme en silencio,

y desgarrarme,

y perderme después de encontrarme, y olvidar

que en la tinta hay un puñal

acechando mi cuello

siempre.

 

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