Me recogí tantas veces de mis letras,
con ese olor a temblor,
dejando una marca turbia en la página escrita.
Me recogí y volví a escupirme
para leerme en silencio,
y desgarrarme,
y perderme después de encontrarme, y olvidar
que en la tinta hay un puñal
acechando mi cuello
siempre.
Frueixo amb el teu poema, em sento còmode i complagut
ResponderEliminarMoltíssimes gràcies per la lectura i el comentari!
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