Entre los juncos

He tropezado con letras que ni siquiera la voz puede hilvanar;

un bocado de papel me baja por la garganta

y queda descabezado en medio de mi absurda creatividad.


La luna acaricia silencios de mármol.


Lívida,

escondo las manos ensangrentadas

entre los juncos que disfrazan la herida.

 

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