Mordida

El mordisco es por dentro.

Y mana sangre;

se derrama aún viva por los ojos,

cayendo hasta un fondo que nadie reconoce.

Sólo se siente dentro,

ardiendo, doliendo, cayendo,

como si la vida fuera a terminarse.


Y ese dolor inmenso

es lo único que se mantiene con vida,

rugiendo.


 

Comentarios