Sentada en las rodillas de la tarde gris
nada me mee,
ni la memoria, ni la palabra, ni la canción.
Un destello pequeño
es
un paso pequeño hacia el salto
vivo y nítido
que tiembla.
Todos los océanos arden en esta finitud.
Me remuevo
inquieta
sentada en las rodillas de una tarde.
Y todo tú.
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