Sigue la cuerda hasta el final del camino:
hay un infinito
donde las flores nunca se duermen.
Sobre la cabeza,
nubes en círculos,
no hay dolor siquiera en las plantas heridas.
Toco tormentas,
respiro las nieblas que me paralizan.
La noche es ciega.
Sigue la cuerda hasta el final del camino:
hay un infinito
donde las flores nunca se duermen.
Sobre la cabeza,
nubes en círculos,
no hay dolor siquiera en las plantas heridas.
Toco tormentas,
respiro las nieblas que me paralizan.
La noche es ciega.
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