En cada uno de sus silencios
oigo la canción del Otoño;
un corazón ingrávido que siempre se acerca.
Amar una sombra no es blasfemia;
y quizás ahí radica el secreto
de los amantes desconocidos:
amar ese amor sin decir nada.
En cada uno de sus silencios
oigo la canción del Otoño;
un corazón ingrávido que siempre se acerca.
Amar una sombra no es blasfemia;
y quizás ahí radica el secreto
de los amantes desconocidos:
amar ese amor sin decir nada.
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