Desesperada

Hoy el día amanece blanco.

Las palabras se retuercen bajo la misma lápida
de antaño,
la que dibujó el silencio 
con tanta maestría,
que el mundo se detuvo a contemplarla.

Llueven flores ajadas
a través del tiempo;
es la nostalgia aletargada,
es la bruma acostada en las copas de los árboles,
son pétalos quebrados
dormitando en el estómago
de todas las palabras.

El retumbo gutural de la distancia
se renueva en cada charco que piso
con la mirada.

Hoy llueve
y la piel delira caricias heladas.

¿Cuántas horas podríamos estar mirando la lluvia
con el frío en las entrañas?

Hoy hace un día nuestro
hoy la lluvia está desesperada.

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