escribo la memoria que jamás existió
y sin embargo,
este abrazo a medias de la noche
casi cicatriza el silencio
soy agua derramada
a los pies del tiempo
de tanto que me lloran los sueños,
pero tras los pasos que dejan lágrimas por huellas,
vivo
¿oís?
vivo...
mezcolanza de temblores que se adueña
del abrazo emocional,
vibra afilado en el pecho:
el poema es inmortal
Desde el momento en que surje el primer verso, comienza a serlo. Saludos
ResponderEliminarMuchísimas gracias por el comentario y tu lectura siempre. Abrazo.
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