Lo sé, lo sé....


el latido convertido
en un canto de cisne
inextirpable

tan lenta a veces
la llegada de las flores

-ámame, ámame,
le dice el labio seco a la caprichosa fuente-

nadie sabrá qué beso escondió en su frente
mientras mane el agua

herida perdurable,
desánimo en la piel

-lo sé, lo sé...

y el Otoño en mis ojos
dejándose caer,
llevándome...


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