La crueldad de la Primavera


Esa lluvia de primavera
gotea incesante
como un peregrinaje en la memoria;
asiente
como el que percibe que no hay nada
pero aún lo siente.

-Lo siento, lo sientes…?-

Se mantiene intacta la figura
silenciosa, calmada, con su voz queda
resonando en mis palabras,
acariciando los caminos recorridos
hace tiempo,
clavándose en la tierra de las manos
donde debían florecer flores,
pero están muertas.

Esta es la verdadera crueldad de la primavera:
que ella esté aquí, que de nuevo florezca,
y que tú
no puedas verla.

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