A veces es tan sencillo
como un te quiero susurrado al viento
para que vaya de hoja en hoja
hasta rozar tu boca.
Soñar algo más simple
que cientos de kilómetros;
soñar manos unidas,
abrazos sin tiempo,
besos que olvidaron
cómo llorar.
Dibujar un corazón herido
en una mínima gota de rocío helado
y ver las llamas por dentro
claudicar ante tu nombre;
ser hoguera de silencios,
témpanos de hierro
rellenos de seda
sin conocer distancia,
sin temer al miedo.
Y en ese amor,
en ese punto privado de sentimientos,
desterrar el vivir del propio cuerpo
y amar con los ojos cerrados
tan solo un recuerdo.
Ahhh que letras, muy bello poema!!
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