la herida tornasolada
ha dejado mi alma muda
siento el acecho
de cierto pánico cuando cae la madrugada
y esa mueca en los labios
que no sabe borrarse
-los besos no llenan agujeros mortuorios
abiertos en canal
a cada lado del alma-
no hay anestesia en las palabras
para calmar una angustia que se agarra
a las paredes de mi cuerpo
quiero que vuelva a ser blanco
tu ovillo de corrientes de aire;
agárrate fuerte a mi vida,
salgamos al baile otra vez
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