He recogido muchos años
en cada bolsillo de mi vida,
y todavía no he aprendido
a vivir
sin que se me caiga alguno
por el ojal de la tristeza.
Ahora me atan
recuerdos de musgo y agua,
tormenta de sueños rotos
que se agitan en el aire
cuando imagino tu voz.
Y otra vez se me ha descosido el alma.
Y otro amanecer que grita no.
Comentarios
Publicar un comentario