Tormentas


he empezado demasiados finales
hasta que la puerta ha amanecido cerrada

a mis espaldas, 
infortunios fuera de tiempo,
sueños vanos que me visten los ojos
manos atadas

he puesto en un altar las nubes de lluvia
para que su letanía sea plácida
y no me recuerde que aún he de despertar
en medio de un derrumbe provocado

pero tras los escombros
todos los amaneceres están rotos

y la tormenta no ha hecho más que empezar

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