Exiliados


Han pasado los días
arrastrándose por los simulacros de incendios
que han acosado nuestros sueños.
El lapso de tiempo que nos salvó de las adversidadees
nos hizo caer de la cima del Olimpo
para hacernos mortales.

Ni siquiera nos quejamos.
No abrí la boca,
no moviste los labios,
enlazamos los ojos en una nube oscura
y nos marchamos.

La lluvia gotea canciones cansadas
y me tiembla la voluntad
cuando respiro aires de niebla;
me agarro a la última palabra,
un te echo de menos titilante
escondido debajo de la lengua.

Saldría,
el encierro llega a ser agobiante,
pero sigue lloviendo fuera.

Comentarios