nos traen a destajo
la Primavera
con las manos llenas de colores
y aromas de luz
no se sienten vidas
cuando se tiñen los azules primarios
de artificios pactados por la noche
nadie atiende a las voces
nadie otorga el beneficio de la duda
a querer ser invierno
-y qué si me visto de nieve
para pasear por los días brillantes
que disfrazan la incertidumbre-
puentes colgantes unen los reversos
de los sueños
las palabras se agrían en los labios
nada se sujeta si no es por cadenas amarradas
a los pensamientos de acero
y ya no hay tiempo
oís?
ya no hay tiempo
crece el aire denso
y se llena de reproches mal pronunciados
son el traje de la ingratitud
de esos deseos que no saben ser
si son para dedos ajenos
selladas las intenciones
en el espejo seguimos viendo nuestros propios ojos
y ellos siguen sin ver
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