Palabras de piedra en el alma
que apenas osan asomarse
al perfil de los labios.
Los sueños rotos pesan demasiado
cuando intentas caminar
con la piel al descubierto
-oh, qué impronunciables...-
El amor es endémico
en mi cuerpo
y ni siquiera quiero salvarme.
Para qué una salvación
que puede arruinar
el más mínimo latido;
¡si yo quisiera seguir latiendo...!
Sale la luna
en el mismo instante
en que muere la flor;
ha caído el último pétalo.
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