El aliento de las noches tristes


Has acordonado un espacio infinito
en mis ojos;
no te mueves sin causar
un terremoto de palabras en mis manos,
has vaciado de besos el presente
y has llenado de corazones
cada uno de los rincones
de mis piernas.

No hay temeridad cuando el amor acecha
detrás de una puerta que no existe.
Rompemos la barrera y nos quedamos detrás,
esperando que la luna nos cuente
si ya dormirmos,
si ya soñamos
si lucimos en la piel los arañazos
de la complementariedad
que tanto nos fascina.

A ese aire que abre mis puertas cerradas,
acaso le regalaste tu voz?

Todavía sigo el aliento de nuestras noches tristes.


Comentarios