he resuelto
que no seré yo la que decida
cuándo cerraré la caja
será la voz
cuando la palabra decida abandonar
el frasco que cargo noche y día
morirán las madrugadas en mis ojos,
se ajarán los días
serenidad
qué anécdota creciente en la imaginación
y tan ausente a veces
(siempre)
tan lastimera
a mi vida le falta geometría
vivo en círculos contados
después de cada amanecer
la boca sellada
me levanto, me siento,
salto más allá de mis palabras
y vuelvo dentro
tanta inquietud me desespera
sacaré el tapón del frasco
que guarda los vientos
y así
al fin,
quizás consiga
volar
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