La razón de mis Insomnios


No es necesario que corra el aire
para hacernos desaparecer.
Entre nosotros, sombras acusadas
por el deseo que arde en nuestros ojos,
no hay otro silencio que el del miedo.
Y si el arte reside en encontrarnos,
la sinrazón es nuestra maestra
mentora de la oscuridad siniestra
que rodea los besos que no damos.
 Y los dedos de la noche que me agarran
con demasiada fuerza el corazón,
los susurros de la lluvia que empapan
cualquier voluntad de ser sincera
con una bruma espesa que se filtra
a través de mis costillas,
para llegar a mi ser más escondido,
aquél que no conozco, 
aquél que sólo sale cuando escribo.
Y aunque pugna por evitar sentirte,
no hay otra razón en mis insomnios
que soñarte dormido.

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