Se nos ha roto el tiempo


Me redibujo detrás de ti
como alguien ajeno al experimento
al que me someto cada día;
el de buscarte sin remedio
dejando de lado el miedo,
y arremetiendo contra la distancia
sin ningún contratiempo.


Se han agriado las ventanas
de abrirlas tan poco últimamente.
(Para qué, si tú estás dentro del nosotros
que cuelga del techo de mi cuarto.)
Creo que caducó el pasaje a mi conciencia
y ahora me desintegro en los recuerdos
que tan amargamente hicimos nuestros.
¡Y cómo sonreían en su día
sin saber que acabarían como ecos
al fondo del abismo del silencio!

Se ha roto el tiempo entre nosotros
y se han cerrado las cercas
dejándonos a cada uno a un lado
de los besos. Se han arruinado
los enjambres de versos
que corrían de tu niebla hasta mi cielo;
aquellos que caían en mis manos
y se arremolinaban
alrededor de tu imagen y mi sueño
siempre escondido bajo tu cama.
La vida se ha quedado inmóvil
y ni siquiera puedo dar un paso
para alejarme de los hierros que te esconden.

Persigo tu silencio bajo el cielo,
pues a mi alrededor,
todos los sonidos me dan miedo.

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