Es ahí, amor


Es ahí, amor,
en el roce de tu piel,
que mis labios tiemblan.

El maravilloso arte de crear
nubes de vapor
en las paredes del cuarto.
Suspiros que se engarzan en mi pelo,
oscuridad que se torna luminosa
cuando dejas caer tu mano grácil
por las dunas de arena.

-Acordonemos el deseo en mi cintura,
rematemos con tu voz esta locura
que mi lengua ágil acelera.-

Vuela alto,
detrás de las paredes de papel
que nos quieren separados,
vuela alto,
y llega hasta la punta de mis dedos.
Escondamos el beso de la frente,
saquemos a lucir gritos urgentes,
hagamos de la noche
un universo húmedo y sutil,
un lugar resplandeciente.

Y que la razón se pierda
por los devaneos más intensos;
que las llamas no entienden de cerebros.
Las llamas se encienden
a lo largo del cuerpo
mientras trepamos
acosados,
rodeados,
delineados
por sueños
que desean ser tocados.

Es ahí, amor,
en el roce de tu piel
que mis labios tiemblan
al pronunciar nuestras bocas
dos nombres simultáneos
en el mismo poema.


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