Tu espalda infinita


Paseo la mano por tu espalda infinita.
Despacio, muy despacio,
voy lamiendo las gotas de agua
que quedan en tu piel.
El silencio se llena de suspiros
que son poesía disfrazada de besos.
Dibujo con un dedo el contorno de tus labios
que sonríen de manera imperceptible
porque ya casi no saben cómo se hace.
Las pupilas clavadas
en una oscuridad tan infinita,
que el amor jamás encontrará regreso.

Sólo es un momento,
un único instante
de lujuria compartida,
de pasiones elegantes
que hacen que las almas se estremezcan,
aunque sean demasiado largos,
aunque sean un misterio
los caminos a recorrer,
en aras de la vida,
de mi cama hasta tu piel.

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