Muñeca rota



Todo después de un tiempo
necesita su pausa.
Su espacio, su silencio.
Yo soy después de un tiempo.
Y vivo ente ambages descoloridos
y amargos, que se tienden solos a secar
cuando las lágrimas los empapan;
con ese sabor atrasado a sonrisa
y ese viento huracanado en mi mirada,
que se lleva mis párpados
a la noche siguiente
por si consigo dormir sin recordarte.

Esta noche tengo la soledad despierta.
Y si no encuentro palabras, me ahogo envino
y brindo con la imagen del espejo,
aunque esté distorsionada,
aunque sus ojos me miren desde dentro.  
Y el primer trago... ya me sabe a recuerdo.
No cerraré los ojos
hasta haberme bebido la memoria.
Y entre copa y copa,
iré deshaciendo aquella historia
antes que me caiga de la boca.
 La oscuridad de la noche me rodea,
y aun así, a mi alma, le parece poca...   
La muñeca sólo quiere esconderse.
La muñeca tiene ganas de romperse
y quedarse sola.

Apago las luces una a una
y en una cama helada
encuentro sitio donde protegerme.
Me iré a después de un tiempo.
Para encontrar mi pausa,
mi espacio
y
mi
silencio.

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