Como cualquier tarde
escondo siete cicatrices en las manos.
Dentro
un ovillo roto de palabras.
Es como tu silencio:
el verso fruncido en la cintura
no puede sostenerse por sí solo.
Pero es el tiempo regente:
siete cicatrices,
madejas desarmadas de palabras
y otra tarde.
Comentarios
Publicar un comentario