Una tarde roja, siempre

 Será una tarde roja

siempre

en tu vientre,

y las horas tan lentas te serán agujas.


Riadas imparables de vida van huyendo

rompiendo las compuertas,

dejando un rastro de sangre intranquilo y enfermo.


Y todo deviene en una desesperación herida:

la carne entregada al mejor posor,

a quien arranque de raíz este dolor.


Será una tarde roja,

siempre,

en tu vientre,

y nunca sabrás por qué esta no.

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