Ausencia perfecta

 Ausencia lenta,

de luces y sombras hasta ser perfecta.

Negrura abisal

que atrapa, que abraza,

que casi huele a mar.


Las manos abiertas

la riqueza áspera del que no espera nada;

del que nada tiene y nada conserva;

que observa

la melódica distancia aguerrida,

el sonido herido de las trompetas,

el son del fin de la fiesta.


Nada en las manos

y dentro, temblando,

más sombras que luces,

negrura insalubre,

la ausencia perfecta. 

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