Tarde

como un sabor amargo,
en la sombra cansada
se hacen grises el aire y la calma

llorando cielos,
el pecho se agiganta...
¿quién guarda, infiel,
las luces de la tarde?

el incendio hace tiempo que corona el alba
y aquí, sedentaria, la vida pasa
como si en las manos vacías no ocurriera nada

Comentarios

Publicar un comentario