como un sabor amargo,
en la sombra cansada
se hacen grises el aire y la calma
llorando cielos,
el pecho se agiganta...
¿quién guarda, infiel,
las luces de la tarde?
el incendio hace tiempo que corona el alba
y aquí, sedentaria, la vida pasa
como si en las manos vacías no ocurriera nada
Algo ocurre, dejarse seducir por los versos. Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario y tus lecturas! Un saludo!
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