Miro dentro,
-justo donde deberíamos estar-
y todo es un sol de invierno
que no calienta.
De las siete flores,
sólo quedó una recogida en la memoria:
un pequeño beso súbito
que conservó los colores
del silencio roto
que nos pausó la vida.
Y aún te quiero,
aún,
vida mía...
Tus palabras temblando en mi voz
todavía...
todavía...
cielo azul,
corazón
y herida.
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