Hay ocho sueños más en cada mano,
y aunque ahora este silencio frío
no entiende la dureza
de esta pena,
presiento una serenidad agotada
de intentar despertarse.
Y quería, prometo, quería...
y ahora miro
y es cierto;
se rompen los espejos
y yace mudo el corazón mutilado.
Porque todo termina en algún momento.
Incluso la condena,
la pena
y el delirio.
Todo termina
y el llanto culmina
bajo tierra.
y aunque ahora este silencio frío
no entiende la dureza
de esta pena,
presiento una serenidad agotada
de intentar despertarse.
Y quería, prometo, quería...
y ahora miro
y es cierto;
se rompen los espejos
y yace mudo el corazón mutilado.
Porque todo termina en algún momento.
Incluso la condena,
la pena
y el delirio.
Todo termina
y el llanto culmina
bajo tierra.
Comentarios
Publicar un comentario