no tengo poemas,
sólo un silencio atónito
que recuerda demasiado
caería por el precipicio de tus ojos
para no quedarme dentro y morir de mí,
pero soy presa de mi reloj de arena
-calma febril
no puedo escribirte
-cielo a morir,
pero tú eres mis letras
e igual te quiero así
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