En los ojos de nadie

Y ahora todo es
un secreto entre paréntesis
lleno de cartas que nunca envié;
niebla oscura entre las manos,
hace tanto,
tanto que no te veo amanecer...

Dejo tras los pasos,
hecho jirones,
el corazón cansado
que dice que ahora no entiende de noches
y que las pasa llorando
abrazado a un olvido
tan vivo
que nunca llega a ahogarse con el llanto. 

Un reloj de arena
cuenta los pasos hasta la muerte,
el miedo se esparce por toda la carne.

Qué maldito el tiempo...

Desde que tú no estás,
soy Ze
en los ojos de nadie.

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