detrás de las paredes
de la vida
-de una noche vacía
que quema-
una nada inmensa luciendo tu nombre
y me encojo,
y encierro en el puño dos piedras,
y entorno los ojos
tan sola,
tan sola,
que veo el silencio
y toco ese hueco
tremendo
donde tu voz
me habla de amor
y llora
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