creo que no puedo llorar
te llevaste mis ojos emocionales
todos los secretos de mi carne
el último verso que jamás fui capaz
de terminar
durante este tiempo
he acariciado el vacío
me he roto los dedos entre temblores naranjas
y no he logrado olvidar tu nombre
nunca te dije que fui a ver tu sombra
pero quedé asentada en la distancia rota;
en una caricia
fría
árida
huérfana
muda
destrozada
-no pude encontrarte-
hoy
que celebro el año de silencio de la piel
siento lluvia, respiro noche,
y regalo los huesos al desborde amargo
de tristeza
de tristeza
es la fría humedad de la memoria
y su abrazo cruel
gritando heladas soledades aquí dentro
y ahora que el jardín luce tapiado y muerto,
me acaricia la cabeza
la pequeña mano del recuerdo
!!Que bien escribes Ze!!, un poema para releer varias veces.
ResponderEliminarEres un sol, compañera. Mil gracias por estar siempre. Abrazo!
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