Respirar


un breve desenlace
en todas las letras

el pecho abierto,
las fauces de los días esperando

-ya no te quiero en mi vida,
pero te echo de menos en cada café amargo,
de todos los días-

en las manos todavía las estrellas
iluminan la estancia
tu libro en mi mesita;
he bebido todos tus versos
y encajan en todas mis piezas

las de dentro
las nunca vistas

me limito
a huir de la mordida y observar
la vida en círculos sobre sí misma

y al final,
para qué llorar...

si estoy hecha de mitades
que se saben enteras
aunque en las venas haya cristal,
aunque los sueños me muestren
la cabeza en el horno
las piedras atadas a los pies
el trago final de mi propio veneno
y la medicina

no culpo a nadie,

el sol ilumina un cadáver
que la luna resucita

breve desenlace en las letras
que entre dientes relatan la simple realidad:
respirar aire,
esa novedad

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