Sumergirme en agua
y torcer toda la rectitud
agarrada a mis dedos.
Dentro de mí,
esa lucha de nobles:
el mar y la memoria,
como enemigos dobles;
esa guerra aturdida
de adoradas pasiones.
Derroche de asombro.
Saberte es una trampa
para el presente roto.
Y al margen de todo,
en tu bravo azul se pierde
el aroma de miel
de mis propios inventos.
Demasiados demonios juegan con nosotros.
-Hazme el amor en silencio
en este lapso de tiempo
en que cierro los ojos-
A merced del viento,
amamos lo indecible en un intento
de caminar sin destino con los pies del otro.
Pero por mucho que andemos,
estamos hechos de miedo y azoro
y siempre nos caemos demasiado pronto.
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