más allá de la vida

he regado el jardín 
con gotas de rocío durante todo un año
para florecer

y sin embargo,
qué atmósfera más seca
rodea
el pequeño espacio que habitamos

no se oye el crujido de las hojas
porque ya no hay pasos
ni siquiera agua en la fuente
a pesar de la sed
que anida en mi vientre

no es posible ir de cara
a la desesperanza
ni cerrar los ojos al espejo
que refleja
el tiempo echado de menos

quizás sea por eso
que aunque siempre hace frío
sigo sentada en el banco de piedra
que hay en tu cabeza

-tengo un secreto,
aún podemos sentirnos más allá de la vida-

ahora que el mundo está de espaldas
cógete a mi brazo
y vuela

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