nos iremos, y lo haremos
rompiendo las raíces que nos atan
a la vida ordinaria
seguiremos bebiendo
los brebajes que inundan el alma
en una memoria apocalíptica
que nos abraza
la tierra está quemada
tras nuestros pasos
ni siquiera sabe sonreír la esperanza
qué vamos a dejar?
un desierto,
unas cenizas ásperas
que no hablarán ni siquiera de lo que fue
miles de años antes de esta nada
esto está acabado, desahuciado
acongojado
ante tantas palabras sin lecho
y sin miradas
hay giros insaciables
que nos retuercen los intestinos
hasta no ser capaces de respirar;
amarga en la mañana
y sigue siendo agrio en el ocaso
el agujero por el que solemos mirar
morimos en vida
vivimos ya muertos
bailamos en nuestras propias heridas
y al final
parece que el dolor va a ser eterno
pira magistral donde arde como infierno
la pequeña ilusión
dibujada a traición con los puños cerrados
que a pesar del camino que marcan
siempre,
siempre se escapan
fui nada en tu hoja perenne
atrapada bajo el agua
y aunque pude respirar y recordar
que una voz me cubría las espaldas
es el camino de tierra el que espera
agazapado en la entrada
y yo
no creo en lo que queda; creo
que ya no creo en nada
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