¿Quién es esa mujer?


¿Quién es esa mujer
que pende de los hilos
de mi espejo?

La penumbra de mis manos
(inocente...!)
dibuja corazones de colores
partidos por la mitad,
emparejándose entre ellos,
protegidos por las carcajadas
que resuenan dentro de mí misma.

Pero tengo mi corazón entero
en un frasco de cristal,
sobre la mesa en la que escribo
que no tengo más paz
que la que he rechazado.

Pasos en falso,
nombre borrado.

¿Quién es esa mujer 
que insiste en caminar a mi lado?

Es sólo un ensayo de la vida que la muerte reclama.

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