Retales



Escuchando De todo el Mundo


Sentí que no ocurría nada
detrás de las cortinas
de la antesala de nuestras vidas.
Sentí que caía cierta lluvia áspera
que mojaba las esperanzas
y los sueños que había ideado 
por tu culpa y bajo mi responsabilidad.
Ahora se rompe el día
y la noche, ajada y encogida,
se resiente al caer por el abismo
de la nostalgia serena
que se acicala frente a mi espejo.
Todo lo escrito fue un sainete,
una sátira de una historia comprimida
en versos diminutos y poco saludables.
No es bueno alimentar el alma con silencios
cuando salen de una boca tan distante
que acongoja las sábanas
donde llora el amante.
Pero mis labios todavía callan
la secuencia de palabras
que se clavaron en una incertidumbre
poco dada a razonar.
Ahora soy yo la que escribe los finales
cosiendo letra a letra los retales
de lo que queda de mi atribulada mitad.

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