Cómo


Cómo,
entre letras y dibujos configurados
por imágenes y frases personales,
cómo hago para que te lleguen
los susurros estáticos que me pueblan por dentro.
Elimino de mí toda cordura
y la tiro sin más por la ventana,
resbalando por ese muro blanco
que se acerca a tu casa.
Entre armonías disonantes,
me quedo dormida recordando
un aliento de vino amargo.
Y en una ensoñación desmaquillada
de mentiras y licencias publicadas,
corro sin pausa hasta tu puerta.
Pero no 
se 
abre.
No tengo manos para llamar
y no se abre.
Escupo cierta furia
y a tientas intento introducirme
en ese pequeño espacio de locura
que atesoras
detrás de tus ojos negros.
Jamás sabré si logré entrar
en esos pensamientos impuros,
pero guardo en un sobre ese deseo
inconfesable, irreverente,
para enviártelo sin remitente
cuando la tormenta haya empezado.

Comentarios