La tuya es una ausencia irrepetible,
pintada en blanco y negro, amaestrada,
colgando
en todas las habitaciones
como
un verso perdido en cuerpo y alma.
La
tuya es una ausencia que me ofende,
que
duele sin intervalos de pausa
como
un llanto permanente;
como
un ladrón de paz que vive en casa.
La
tuya es una ausencia pegajosa
instalada
en cada rincón del alma
hablándome
de ti, de tu mirada,
perdida
en los confines de mi cuerpo.
La
tuya es una ausencia que no quiero.
Un
silencio afilado que me aterra.
Un
dolor punzante que arremete
contra
todo lo vivo que poseo.
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