Nos sobra espacio para conocernos.
Detrás de esas ganas de vivir,
irreverentes y nostálgicas,
siempre estás tú.
Entre alabanzas a sueños imposibles
y maldiciones a vidas impuestas;
entre plegarias en verso
y sutiles indirectas
de mis medias de red
hacia tus besos.
hacia tus besos.
Nos sobra espacio.
Y creo que esta noche
mis manos lo notan.
Lo notan, sí, bastante,
en estos balcones extasiados
por contemplar la luna que contemplas.
Y entonces,
mientras el sol a mi me viste
de esa sombra errante
que se intuye
detrás de tus párpados,
escondo los juegos presentados
a nuestro errado mundo.
Al mundo que hemos creado juntos
a base de vernos sin mirarnos.
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